El auto empezó a toser y se negó a seguir el viaje. 'Otra vez el carburador', dijo y se bajó a revisarlo. Cuando cerró la puerta del auto lo que tenía en la mano era la escotilla de un submarino. Estaban bombardeándolos y debían sumergirse. 'Por lo menos, uno así no se aburre' dijo.
Fernando Bonsembiante, "Historias de 50 palabras"
4 oct 2003
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